domingo, junio 23, 2013

La Siesta...Jaureche.

De extraña manera me llegó este texto a mi FB, de parte de un amigo estimado, al que llamaré José Luis Joselo , seguido de la frase :  ""no se porque me acorde de vos ""

Zoncera N° 15 EL "VICIO" DE LA SIESTA- 
Jauretche 


Se trata de un "vicio" típico de la indolencia nativa, según los "cultos".
¡Oh, necesaria, deliciosa y detractada siesta! Sabios horarios de provincia, que cierran las puertas de los comercios y los talleres; que nos zambullen en un agua de silencio rayado de chicharras, entornando también la puerta del día hasta que llega la tarde, dulce y fresca como sandía recién sacada del pozo, con una boca gruesa y jugosa, abierta en carcajada. De vez en cuando cae por provincias un "profesor de energía". De esos que han leído a Spencer y a Orison Sweet Marden, y desde luego a Agustín Álvarez, los editoriales de los grandes diarios, las opiniones de los normalistas y el "Reader Digest", y nos abruman con que "time es money", y que nada se debe dejar para mañana. Yo los he visto llegar a los países de la siesta, pontificar sobre la molicie de las costumbres y la haraganería criolla, que la siesta simboliza, hasta que la siesta misma, como un hada amable y persuasiva, y un poco maliciosa, los ha ido paulatinamente conduciendo por los caminos del sentido común. Y he visto también rechazarla porfiadamente, hasta el final inevitable, que va resbalando de los vasos de whisky y las botellas de cerveza de las confiterías y los clubs, a la caña de los mostradores de boliche y la botella de los bebedores solitarios. Y no es un descubrimiento mío, pues pertenece a la mejor literatura imperial, nada menos que a Rudyard Kipling: "Ahora bien, la India es un sitio más lejano que los otros, donde uno no debe tomar las cosas demasiado en serio, excepto siempre el sol de mediodía. El mucho trabajo y el exceso de energía matan a un hombre tan seguramente como el reunir muchos vicios". (Rudyard Kipling, Cuentos de las colinas). El cuento es el de un alumno modelo de Sandhurts, que graduado va a servir en las fronteras de la India, y que como modelo no se allana a las exigencias del clima. Y lo paga. La India no es Catamarca, ni Santiago del Estero, pero vale la moraleja. Sólo que nuestros "cultos" lo entienden a Kipling, a quien desde luego han leído, pero sólo para la India, y no para lo nuestro. En esto como en todo.