"De nuevo estoy de vuelta...después de tanta ausencia igual que la calandria que azota el vendaval..." Y así fue se los aseguro, ya que, como les conté antes estuve por el norte del país, Salta, Jujuy... después me crucé a Bolivia. Para la misma época se le ocurrió al clima azotar esas tierras en gran manera. Otro tanto parecido fue cuando pasé durante este pasado Enero por La Rioja y San Juan camino a un funeral...pero sin cuatro bodas.Cuando me dispuse con vientos hacia los sures patagónicos, también me siguieron (ya lo tomo con paranoia) lluvias torrenciales y fuertes vientos con recomendación de extrema precaución en rutas y caminos.
Y dale que iba yo por ahí, sola con mi alma y papeles familiares a los que darles importancia, que pasando por las hermosas costas del sur de la provincia de Buenos Aires,
“ahísito nomáas” de Bahía Blanca que, nuevamente! Sí...adivinaron: fuertes lluvias y vientos de esos que vuelan techos y veletas alocadas.
Por un momento pensé que podría ser algo personal...pero no se me ocurría nadie que me odie que tenga semejante influencia...es más, soy muy amada por el que maneja estos menesteres. Descarté también la posible influencia de una lectura en el blog del avispo, acerca de la mala suerte...la descarte no solo por no creer en ella, sino porque lejos de mí está catalogar estos vericuetos vacacionales con el rótulo de: “Qué mala suerte!”.
Y bueno, acá estoy de vuelta después de tanta ausencia para ser azotada por el clima porteño por el resto de año 2007. Por lo pronto a trabajar y a disfrutar de lo que depara el mañana, que como siempre suena prometedor, según como se lo mire al vaso.
Sigo en deuda con un par de historias bolivianas, pero es que nadie me pasó el CORREO-E
De Don Evo. Sigo a la espera de dicho dato.
Nos leemos.
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