¿creer o no?

Leí por ahí que un fulano decía:
“... aclaremos que no hay mitos urbanos "argentinos" (esos serían leyendas, mitos populares, etc.), ya que una de las principales características de los mitos urbanos es su universalidad...”
Y me entusiasmé en contarles esas historias que uno ha escuchado por ahí, en noches de amigos y mates, de tormentas y de no-salida de sábado por la noche porque pintó mejor quedarse en la casa del amigo al que le dicen el “colo” donde se armó una picadita con cerveza y da para quedarse hasta las 07:00 del domingo.
Sí, ese es un detalle característico del argentino...somos muy noctámbulos...trasnochadores, para nosotros el tema inicia a eso de las 02:00 hrs. El fin de semana...pero ese es otro tema. Regresemos. Leyendas y mitos urbanos que dan vueltas por estos pagos y por otros de más allá. Cuentan que el colectivo de la línea 237 que iba por la avenida Alvear en Ciudadela (provincia de Buenos Aires), a la altura del Cementerio Israelita en la oscuridad de una madrugada, uno de los pocos pasajeros que iba vio que algo flotaba a la par del colectivo blanquecino... como una nube, y se parecía a una mujer, desapareció no bien terminaron de pasar el cementerio...Otras versiones cuentan que en lugar de desaparecer, lo que apareció fue una pasajera más en los últimos asientos...También está la conocida en varios lugares del país...la de una quinceañera que la vieron una noche en Recoleta un barrio muy bacán, fifí...muy concheto...top ...todo lo que quieras pero con uno de los cementerios más antiguos del país en medio de su High Society (esta versión se desarrolla en la Ciudad de Buenos Aires pero es conocida en otros lugares como localista) y después de que tiene intercambios sociales con un par de pibes, la buscan y se comprueba que había muerto hacia tiempo como 100 años y que hay una estatua de ella en el cementerio ...por cierto somos de terror...tenemos un cementerio como atractivo turístico.Después hay un castillo en el barrio de Devoto (muy cerca del lugar en el que vivo), que se puede ver desde el tren San Martín, entre las estaciones Villa Devoto y Villa del Parque, pintado de rosa que dicen que está embrujado. Otra también es la historia de que un tipo se queda encerrado en el cementerio y se pone a dar vueltas tratando de encontrar al sereno encargado para que le abra la puerta...y no lo encuentra. Al rato ve que frente a una tumba está parada una mujer y el tipo se acerca y le comenta lo que le había pasado. Le confiesa que se alegraba de ver a alguien más por ahí, ya que estaba empezando a ponerse nervioso. La tipa le comenta que a ella le pasaba lo mismo, pero que se quede tranquilo, que ella conoce una salida y que lo llevará hacia ella Así que el tipo se pone a seguir a la mujer entre las lápidas, hasta que ella se detiene frente a una de las paredes que circunscriben el cementerio. El tipo, al no ver ninguna puerta, le pregunta cómo se sale por ese lugar en el que ella se había detenido. "Así", le responde la mujer, y atraviesa la pared. Ups!Las historias de este palo nos enfrentan con nuestra propia racionalidad y credulidad en el día a día...la cotidianeidad, cuestionan nuestra percepción de la realidad y de nosotros mismos, también a la vez, nos obligan a reconstruir dichas percepciones aceptando la posibilidad de la existencia de dimensiones que estén más allá de nuestra comprensión.

Resulta fundamental que la leyenda urbana sea contada como hecho verídico ("esto no es un verso; de verdad...es posta... es algo que le pasó al primo de un amigo del tío de un compañero de trabajo..."), ya que de lo contrario lo pondríamos en duda frontal y cuestionada...ese cuestionamiento lo lleva al relato al territorio de una "ficción" inofensiva.