¿Por qué estaba tan tranquila?

Estoy sin servicio de internet en casa, espero uno más econónico en esta semana.

El sábado disfruté de la fiesta nacional de las flores en la localidad de Escobar, a unas dos horas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En el bondy viajé varias veces en el asiento de adelante, una de esas veces...una señora con su bebita en brazos. Pensé: que peligro que la lleve tan tranquila en este asiento sin cinturón.

La niña como si nada, se reía y a media lengua preguntaba cosas a su mamá...ésta le respondía con dulzura.

Tantas cosas y desafíos me están rodeando...

El domingo, con el diario mañanero, mates y tostadas, tiempo con amigos...sillocito y películas.

El lunes feriado , el sol reclamaba que callejée ...y obedientemente salí a la vereda.

Estuvimos en el Tigre y el aire de río y tierra húmeda revivió mis pulmones. Me reí a carcjadas, me puse seria por temas no tan serios...aprendí de escuchar a otros.

Luego por la tarde al barrio chino a comprar especias aromáticas y ahí fue que conocía el cardamomo! La recomendación de Érika: ponerle una pisca de crdamomo al café...uhmm.

Pero en todo este trajinado fin de semana, la imagen de la nena inconciente (por sus escasos añitos de edad) de lo peligroso que era el recorrido y el manejo del colectivo...iba tranquila, entregada, con confianza total en esos brazos que la sostenían.

Suelo tener esa sensación de entrega ciega...de saber que pase lo que pase, todo va a estar bajo el cuidado de quien me ama.

Un abrazo en este tiempo al secretario.