Ensayo sobre la propia locura.

Pensé que estabas mirándome desde esa ventana la que está en la pared sur de la habitación...pero solo era el reflejo de las hojas del otoño entre los rayos de luz mortecina del crepúsculo. Pero te aseguro, te aseguro que pensé que me mirabas desde esa ventana. O pensé que pensaba?
De todas maneras no puedo acercarme mucho para confirmar si es o no así...está tan apretado aquí. La marca de la mañana quedó profunda, no se dio cuenta que estaba ajustando mucho y yo no podía decir nada...las palabras me habían abandonado desde la mañana del día jueves anterior, así que mucho no podía decir.
De todas maneras fue amable y limpió las lágrimas que se habían escapado desde los ojos...los ojos míos....los ojos con los que te miraba. Pero no, no eras vos...eran las hojas.
La música se escucha y me pone más triste todavía. Cómo le digo que desajuste las cintas de mis muñecas...si sigo abandonada por mis propias palabras.
A la verdad...aún sigo pensando que eras vos, mirándome. Estos ojos que no hacen más que sublevarse traidores! y lloran , lloran tontamente. Ay corazón mío! Solo son hojas...hojas de otoño. Duerme mi locura con la vista perdida , escapando por la ventana.