Fuentealba: su nombre en la bandera.

los guardapolvos blancos fueron bandera: nunca más.

El encuentro era en el obelisco...llegar fue muy dicícil porque los subtes estaban llenos y emprendían la marcha con los vagones atiborrados ...no entraba un alfiler más. Una señora con su hijita de 10 años a mi lado : "respirás bien piba?" le pregunté. Me miró y al ver que yo tenía guardapolvo docente me dijo: "sí, seño"...AH! que doloroso gente...así nos dicen a los maestros: "seño, profe (si sos varón)". La madre me miró y se dio cuenta de que me había quebrado. Dijo, ella sabe todo lo que está pasando, tienen que saber, para que a ellos no les pase igual.

Nadie se quejaba ...estaba todo parado, pero a diferencia de otras veces de protestas...esta vez nadie se quejaba, había un silencio de luto implícito en cada boca...en los ojos...Gente, nos mirábamos con dolor y con incredulidad: "las tizas no se manchan de sangre...las tizas no!"

En la plazoleta del obelizco las mariposas manchadas de polución seguían su vida de 24 horas como si nada...las banderas y los guardapolvos eran mariposas también.

Todos somos Fuentealba...todos...Pensé que tal vez jamás por la mente de este compañero docente habría pasado la posibilidad de que su muerte generara todo esto. Los comercios cerraron en el período de repudio, la gente caminaba con cintitas negras en el pecho. Y un niñito de no más de 3 años jugaba en la plazoleta con una botella vacía de ilusiones gaseosas. Mietras en el Mc Donald la guardia policial cuidaba, como en todas las marchas y manifestaciones de protesta, lo que es más preciado: las hamburguesas con fritas.

Pero gente... las mariposas seguían su vida de 24 horas y un niño jugaba y se reía.

Creo que van a pensar más de una vez la próxima que quieran dispararle en la cabeza a la educación.

Abrazos.